El Proyecto de Investigación e Innovación Educativa en el que han estado inmersos los chicos y chicas de nuestros institutos ya se han completado. Sus impulsores, el profesorado implicado, están redactando sus conclusiones. Han revisado el camino andado y lo tienen claro: desean, igual que el resto de la comarca, que la administración educativa dé el visto bueno para una nueva edición.
La sociedad civil de la comarca sabe que la clave de su supervivencia pasa por hacer que sus propios hijos e hijas conozcan el territorio, lo amen y lo vean como una posibilidad de futuro. Y eso no es posible si la educación de chicas y chicos se desarrolla ajena a su realidad, a su cultura, a su entorno.
Los institutos que acogen a todo el alumnado de la comarca, situados en Requena y Utiel, tomaron conciencia de esta necesidad ya en 2017 de la mano de la DO Utiel-Requena. Como se ha visto en este reportaje, unos plantaron sus propias viñas, otros comenzaron a escribir sus guías didácticas y otros eligieron incluir actividades extraescolares mirando hacia su propia cultura. Eran propuestas coordinadas en las que se buscaba la participación activa del alumnado de los cinco centros. Aquello hizo más sencillo que los docentes se agruparan en torno a este PIIE. Dentro de unos días, el 28 y 29 de mayo, los docentes involucrados en él presentarán sus conclusiones en un acto al que asistirán responsables políticos tanto de educación como de agricultura (puedes consultar aquí el programa). Y hay muchas ganas de contar una historia con tanta emoción y tanta alma.
El Consejo Regulador de la DO Utiel-Requena implicado en el proyecto educativo
Carmina Cárcel, secretaria del Consejo Regulador de la DO Utiel-Requena, vivió como madre esta realidad. Fue el día que llegó a la primera reunión en el instituto Miguel Ballesteros al que asistía su hijo mayor; su sorpresa fue ver que aquello era más que una reunión porque el AMPA había organizado una cata para que familias y profesorado se encontraran. Había copas perfectas y serigrafiadas, contaban con grandes enólogos de la comarca y el alumnado se ocupaba de interpretar la música que amenizaba la reunión. Aquello era muy interesante. La ejecutiva de la DO entendió en aquel momento que las inquietudes de muchas familias estaban alineadas con las del centro educativo y con las del Consejo de la D.O. Eran inquietudes que interpelaban a toda la comunidad. A partir de ese momento, lo importante fue asumir que se podía hacer mucho si se unían las fuerzas.
Se inició así una colaboración intensa con los centros educativos de secundaria que, en estos años, han incorporado a sus actividades diversos cursos para el profesorado, propuestas para AMPAS y otras propuestas -concursos, visitas y experiencias- directamente dirigidas a esas chicas y chicos de sus centros.
Para el Consejo de la DO, resulta evidente que la economía vitivinícola de la comarca necesita relevo, necesita talento, necesita savia nueva. Y todo eso solo se puede lograr si se cultiva con mimo, con paciencia. Como la viña.
El protagonismo de unos docentes ilusionados
Los docentes, por su parte, están viviendo con una enorme ilusión el desarrollo del PIIE porque se sienten acompañados. Y algo especialmente importante es que comienzan a verlo como un proyecto de referencia que es posible trasladar, con las lógicas adaptaciones, a otras zonas de interior, a otras comarcas.
Todos los equipos están ilusionados por su trabajo, pero también por la implicación de muchas familias y por el respaldo social que están recibiendo. Y es que, como comenta Héctor Monteagudo, del Nº1 de Requena, ese respaldo supone una importante recompensa moral. “Este tipo de proyectos implica un esfuerzo muy importante por parte de los y las profesionales de la enseñanza -comenta el docente- hay que echarle muchas horas; y la realidad es que cuando nos embarcamos en algo así ni cobramos más ni nos dan puntos extra. Lo hacemos porque estamos seguros de su importancia”.
Y, sin embargo, lejos de querer abandonar, esperan seguir poniendo su tiempo al servicio de la comarca; que la administración autonómica les permite reeditar el PIIE. Porque este tipo de proyectos son inversiones a largo plazo. “Requieren una financiación pequeña -continúa el vicedirector del instituto- pero sin ella, los proyectos se mueren. Y este proyecto está dando ya frutos muy interesantes. Aún no se ven demasiado. Porque lo mejor está por venir”.