Carlos Montilla, director de Tierra Bobal Fest: “En el territorio encontramos los espacios mágicos, ofrecimos grandes experiencias y el público disfrutó de momentos increíbles”

Festivales Territorio es una fórmula diferente. Sus festivales ofrecen música, como todos los festivales, pero también buena gastronomía, vinos, paisajes y mucho patrimonio. Todo a pequeña escala. Todo exquisito. Y con una gran capacidad para mostrar territorios, dinamizar el turismo de calidad y generar lazos emocionales con los visitantes.

Detrás de esta brillante fórmula, a la que se sumó Tierra Bobal el verano pasado, están Carlos Montilla y su equipo de la empresa I-radia Crea. Nos citamos con este gallego para hablar de música, de cultura y de nuestra comarca.

Pregunta: Vuestro primer festival fue 17 Grados Ribeira Sacra que se inició antes de la pandemia, aunque parece que habéis salido de ella reforzados, ¿es así?

Respuesta: Realmente la pandemia a nosotros nos ha quitado, pero también nos ha dado. El caso de 17 Grados es singular porque se inició de modo casi utópico en el 2017 a partir de una idea: creíamos que, en medio de la vorágine de festivales que estaba ocupando toda España, había un espacio para propuestas que tuvieran más conexión, que no miraran tanto al volumen y a la cantidad. Creíamos que era posible construir una relación diferente y más estrecha con el público. Por eso comenzamos a diseñar un festival con siete u ocho escenarios diferentes, donde el público se desplazaba en autobús. Y, cualquiera que conozca la Ribeira Sacra sabe que sus carreteras no son como las de Tierra Bobal…

Pues bien, la primera edición funcionó bien. El público respondió y los medios prestaron mucha atención, porque parecía que era algo diferente y se contaba un relato no solo a través de la música, sino a través del patrimonio.

La pandemia nos pilló justo cuando empezábamos a estar asentados. Pero como el formato que teníamos no era masificado sino de contacto con la naturaleza y en el que la gente tenía sensación de libertad, pudimos celebrar el festival en el verano del 2020. Ese año se reprogramó pero nunca hemos parado. Conseguimos sacarlo adelante y, aunque supuso un fuerte desgaste a nivel empresarial, consolidamos nuestro crecimiento y hemos conseguido en dos ocasiones ser reconocidos en los Iberian Festival Awards el mejor festival de pequeño formato.

A partir de ese momento, la gente también miró más hacia ese tipo de experiencias más personalizadas, más cercanas, con una gastronomía cuidada. Y todo eso nos hizo salir de la pandemia reforzados. Y a partir de ahí se abrieron otras experiencias que han ido creciendo. Algunas están en una fase muy inicial, pero en otras el potencial de crecimiento es muchísimo mayor, como puede pasar en Tierra Bobal.

P: Hoy por hoy, ¿cuántos eventos componen Festivales territorio?

R: En este momento son cinco. 17 Grados Ribeira Sacra, Esférica Rioja Alavesa, Nómade Alcusses-Alforins, Tierra Bobal Fest y Festival Canari.

No se trata de crecer mucho, sino de consolidar los proyectos que están en marcha

P: Tengo la impresión de que la mitad de las DO de España os están llamando

R: Sí, por suerte este es un producto diferente. En este sector siempre tienes que estar llamando a puertas y ahora nos escriben desde distintos territorios, nos preguntan cómo lo podrían hacer, nos invitan a conocer lugares… Pero no se trata de crecer mucho, sino de consolidar los proyectos que están en marcha y sobre todo, aquellos que tienen más capacidad de ser motores tractores como sucede con el Tierra Bobal Fest o 17 Grados Ribeira Sacra.

P: La fórmula es la misma para todos los festivales pero cada uno de ellos es diferente. ¿Cómo se diseña cada propuesta?

R: La realidad es que no solo los festivales son diferentes, sino que ningún festival ha tenido dos ediciones iguales. Es rizar el rizo. En 17 Grados Ribeira Sacra, en 7 años no ha habido dos ediciones iguales. Siempre ha habido experiencias o localizaciones diferentes. Por eso, cuando aterrizamos en un territorio llegamos con un modelo que funciona pero hay que descubrir el territorio. Incluso en Ribeira Sacra, porque yo no soy de allí y nuestras oficinas están en Santiago. Así que tenemos que ir al territorio e ir descubriéndolo cada año, viendo cosas nuevas. Eso implica que tenemos que conectarnos con el tejido local, porque es de donde sacamos toda la información. Tenemos que ver cuáles son sus estrategias de turismo, qué tipo de público queremos atraer.

Estamos habituados a que se denomine festival a una experiencia en la que entras a un recinto, hay un escenario y ves. Nosotros intentamos ir un paso más más allá y que haya mucho público moviéndose. Entonces sabe que puede moverse a otro festival y podrá tener la sensación de que es algo similar pero completamente diferente. Nos ha pasado con alguna gente: el año pasado fueron a Rioja Alavesa pero este año cambian de ubicación por fechas, sabiendo que se van a encontrar con un producto que ya conocen pero con un territorio que desconocen. Y eso es el valor mayor: que la gente sabe más o menos cómo van a pasar las cosas, pero el dónde es distinto: un castillo, un paisaje natural increíble, una bodega que no conocía. Ese es el valor.

Hoy por hoy, Tierra Bobal es ya uno de nuestros festivales estratégicos

P.: Y además de carreteras anchas, ¿qué encontrasteis en el Tierra Bobal?

R: Encontramos un paisaje completamente diferente y una historia completamente distinta. De entrada, pensamos que iba a ser difícil tener las localizaciones que nos gustan para crear momentos mágicos. Pero, a medida que estuvimos viendo rincones, nos fuimos encontrando con esos lugares especiales. Y seguimos descubriendo espacios nuevos. Nosotros tenemos claro que en nuestros festivales no puede haber una experiencia que sea menor que las otras, porque el público viaja confiando en nosotros y no lo podemos defraudar. Si algo no funciona, se nos cae todo el castillo de naipes.

Por otra parte, fue una sorpresa muy agradable ver que en la zona tienen clara su estrategia turística y que trabajan unidos. Precisamente el modelo de gestión y de organización interna para nosotros era completamente diferente. En los otros territorios hay diferentes apoyos, pero no hay esa cohesión. Y esa parte del factor humano fue determinante para iniciarlo y para que, hoy por hoy, Tierra Bobal sea ya uno de nuestros festivales estratégicos.

P: A pesar de las reticencias iniciales, la primera edición fue un éxito, ¿no?

R: Sí, en el territorio encontramos espacios mágicos, ofrecimos grandes experiencias y el público disfrutó de momentos increíbles. Como la cata con cava en las cuevas. O las experiencias en bodegas. Logramos hacer visible todo aquello que buscamos: lugares con mucha historia, con patrimonio, con naturaleza, con muchos planes. Y este año estamos ya estudiando alternativas… Hemos tenido reuniones prácticamente con todos los alcaldes porque todo es muy asambleario, pero al mismo tiempo la organización permite vender el territorio desde muchos puntos diferentes.

P: ¿Vamos a ver muchas sorpresas en la segunda edición?

R.: Las fechas están publicadas y los abonos a la venta. Ahora presentaremos el programa del festival, que crecerá un poco en cuanto a número de actividades, de artistas y sobre todo a esa parte que nosotros llamamos experiencias: planes de naturaleza, de vino, de patrimonio o gastronomía. Vamos a conservar la línea del año pasado a nivel artístico. Pero vamos a trabajar más en la comunicación, porque el año pasado tuvimos poco tiempo.

Nuestro mayor valor está en contar el territorio y el festival fuera. El año pasado hablamos de Tierra Bobal en París, en Santiago, en Valencia, en Vitoria, en Madrid… Y ese es uno de los activos principales.

P.: Estos festivales pequeñitos ¿no corren el riesgo de hacerse grandes y desvirtuar su espíritu?

R: Esa es una de las áreas con las que más trabajamos. Hay proyectos que podrán crecer y otros no. El ejemplo más claro es 17 Grados Ribeira Sacra: lleva siete años agotando los abonos mientras trabajamos con un aforo por debajo del que la ley nos permite; es posible que lo subamos este año, pero porque también ha subido la capacidad hotelera del entorno. Todo tiene que ir de la mano.

En cualquier caso, siempre vamos a estar en una escala inferior a los festivales medianos y, sobre todo, vamos a ir creciendo de forma sostenible porque una de las aportaciones de nuestros festivales es contribuir a la dinamización turística. Y hay que contar con un equilibrio. No nos podemos pasar, porque si no se vuelve en contra.

P: Tu impresión de este territorio

R: Ya he comentado antes que nos sorprendió. El año pasado estuvimos varias veces y ahora hemos regresado y nos sigue sorprendiendo: un camping increíble, nuevas bodegas… y seguro que cuando regresemos, que será en breve, seguiremos encontrando cosas nuevas y valiosas. Sé que aún me queda mucho por descubrir. Y todo esto será estupendo, pero me quedo con el trato a nivel humano, que es para mí el valor diferencial más elevado que puede aportar Tierra Bobal.

Puedes consultar fechas y comprar tu abono para Tierra Bobal Fest en este enlace

Fotos cortesía de I-radia Crea y Tierra Bobal

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