A los seres humanos nos cuesta mucho entender el tiempo geológico. Nos resulta difícil asumir que la corteza terrestre se modifica constantemente porque no podemos contemplar sus largos ciclos de vida. Sí, sabemos gracias a los libros que hay montañas jóvenes y viejas, que las rocas de hoy encierran habitantes marinos de ayer o que la erosión del agua es capaz de excavar el suelo más duro. Lo dicen los libros pero la intuición lo niega. Hasta que llegamos a Chera.
Y es que en Chera, donde la meseta de Utiel-Requena termina, más allá de las sierras y siguiendo el curso del Reatillo, el paisaje natural se expresa mejor que en el mejor de los manuales.
Porque este municipio está ubicado en una fosa tectónica, un hundimiento del terreno rodeado de un espacio de enorme belleza. Aunque aquí hay mucho más que paisaje: hablamos de un lugar único en la Comunidad Valenciana. Porque nace de una estructura geológica profunda y antigua; y porque nos brinda una magnífica oportunidad de ver y comprender en la propia naturaleza cómo se formaron las estructuras geológicas sobre las que vivimos: las rocas, los fósiles y los más diversos recursos geológicos.
Un patrimonio geológico al descubierto
El verano del año 1994 aún es recordado por la voracidad de los incendios que quemaron enormes superficies en toda España. También en Chera. Allí, un enorme fuego acabó con los almendros y las pinadas, devoró casi todos los tejos centenarios del municipio y a punto estuvo de llegar hasta las casas del pueblo. Fue terrible. Salvo escasas zonas, toda la vegetación de los alrededores quedó arrasada.
Travertino. Detalle.
La piedra quedó al descubierto. Y, lógicamente, sin su cubierta vegetal, quedaron a la vista unas formaciones geológicas hasta ese momento escondidas, circunstancia que pronto fue señalada por Carlos Santisteban, profesor de geología de la Universitat de València.
El municipio y las administraciones superiores asumieron de la mano de este académico que se podía (y se debía) hacer de la necesidad virtud. Y, una vez descubierta la piedra, poner en valor una riqueza natural que, desde hacía pocos años, se estaba comenzando a defender en instancias internacionales: el patrimonio geológico. Y el de Chera era realmente importante.
Desde los años 90 del pasado siglo, la comunidad académica considera como patrimonio geológico las formaciones y estructuras, los paisajes y los yacimientos paleontológicos y mineralógicos que permiten reconocer, estudiar e interpretar la historia geológica de un territorio. Son paisajes que se convierten en un libro en el que podemos leer la memoria de la tierra y por eso, hace ya unas décadas, este tipo de territorios comenzaron a considerarse como un bien común que debía ser protegido como parte del patrimonio natural y cultural de la humanidad.
Vista general
Santisteban, desde su puesto en la universidad, con colaboradores locales entre los que estaba Antonio García Lacruz, actual cronista oficial de Chera, lideró un proyecto para poner en valor este territorio. Se desarrolló con el apoyo de la Diputación de Valencia y la propuesta veía finalmente la luz en 1999, cuando se puso en marcha el Parque Geológico de Chera. Era (y aún es) el único Parque de este tipo en la Comunidad Valenciana y uno de los pocos de España. Contó desde sus inicios con Santisteban como director científico.
La declaración del Parque supuso la inauguración de un museo geológico en el pueblo, la publicación de una completa guía geológica de la zona y la creación de 7 rutas también dedicadas a la geología que incorporaron hasta 24 paneles cerámicos explicativos que ayudan al visitante a interpretar ese libro de piedra que le ofrece el entorno.
Ampliación de la mirada geológica y protección como Parque Natural
Chorrero de La Garita
Señalar este lugar en el mapa y mostrar su riqueza natural supuso un cambio de rumbo para Chera. No fue algo inmediato, pero sí muy importante. Porque a partir de esa declaración la zona quedaba señalada formalmente como un espacio singular. Y a partir de ahí todo fue evolucionando.
En el ámbito de la geología, hubo una ampliación del Parque Geológico para incluir a la localidad vecina de Sot de Chera. Y es que si la fosa tectónica de Chera permite leer toda una cuenca de sedimentos acumulados hace 70 millones de años, en el término municipal vecino se encuentran unos espectaculares plegamientos que están muy bien conservados y resultan muy espectaculares. Leer ambos espacios como un conjunto permite comprender mejor el planeta que pisamos.
Además, en 2007, tanto Chera como Sot de Chera sumaron una figura de protección a su atractivo natural, convirtiéndose en un Parque Natural gracias a su importante riqueza hidrológica. En la actualidad, en Chera se pueden contar hasta 152 fuentes permanentes y en la localidad de Sot de Chera alrededor de 85. Hay otras muchas de carácter temporal. También es muy destacada su riqueza biológica.
Hoy, en el Parque Natural Chera-Sot de Chera, que dirige Gabriel Ballester junto con el vecino parque de las Hoces del Cabriel, se trabaja activamente por la protección del espacio natural. Con el IVAJ, el Parque Natural organiza actividades de voluntariado ambiental todos los años durante la 2ª quincena de julio, ocupándose de restaurar sendas, hacer talleres de conservación de fauna, elaboración de cajas nido para pájaros, etc. Y con colegios se organizan rutas guiadas para explicar la biología y la geología local.
Además, con los colegios rurales locales, el Parque tiene muchas más actividades, entre las que se encuentra un proyecto de educación ambiental centrado en los insectos y, en Sot de Chera, mantienen un Oasis de Mariposas
Diego Sánchez y Paula Poveda, empleados del parque Natural, pasan buena parte del año mostrando este libro de texto que es el paisaje de Chera a los y las escolares. Pero, además de las visitas, ellos se ocupan de coordinar el voluntariado para restaurar sendas, para recoger residuos y para hacer inventarios y censos de flora y de fauna. Su tarea de campo es muy valiosa pues hacen estudios de diversas especies para la Xarxa Bioclima, recolección de semillas de tejo para el Centro de Investigación y Experimentación Forestal de la Comunidad Valenciana, labores de conservación del cangrejo europeo, del gallipato, censos de nidos de avión común, rastreo de nutria y mirlo acuático, etc.
En general, todas estas actividades tienen la mirada puesta en el futuro y comparten un objetivo: que las nuevas generaciones conozcan la riqueza natural de su entorno, se enorgullezcan ella y se comprometan con su defensa.
Senderismo, naturaleza, autenticidad
Desembocadura del Barranco de La Hoz
Cada fin de semana y durante los periodos vacacionales, Chera se llena de visitantes que disfrutan de los paisajes locales, del senderismo y de la escalada. Llegan atraídos por la gran riqueza geológica y medioambiental de Chera. Pero también por la autenticidad del pueblo y su excelente infraestructura.
Como ya hemos indicado, la creación del Parque Geológico supuso la creación de senderos bien señalizados y explicados para comprender el paisaje: desde las formaciones kársticas al nacimiento de los travertinos. También tiene algunas vías ferratas. Y otros valiosos recursos: el principal es el pantano del Buseo, que ya solo tiene uso recreativo y que cuenta con un área excelente para la acampada que puede utilizarse de manera gratuita. También tiene un albergue que funciona de manera excelente y algunos interesantes alojamientos rurales.
Cola del embalse de Buseo
El resultado es un municipio que, sin haber cambiado demasiado, es diferente. Sus bancales de almendros vuelven a rodear el pueblo y la agricultura mantiene su actividad, pero en el horno de leña, en el restaurante o en los alojamientos saben que el pueblo cambió su destino con las declaraciones sucesivas de Parque Geológico primero y después de Parque Natural. Y toda la población sabe que tienen mucho patrimonio que cuidar.
Fotos de JV Rodríguez y cortesía del Parque Natural Chera-Sot de Chera
