¿Puede un lugar ser puente entre generaciones? En Sinarcas han decidido que ase así.
En el centro de esta población resurge un edificio listo para alojar al mismo tiempo un consultorio médico, un hogar de jubilados y, en su última planta, espacios para jóvenes. El Gobierno, en colaboración con el ayuntamiento, ha destinado cerca de 650.000 euros para una rehabilitación integral, con mejoras en eficiencia energética, accesibilidad y funcionalidad.
Fomentando la convivencia
¿Es solo cuestión de economía la idea de reunir públicos de edades muy distintas bajo un mismo techo? Definitivamente, no. Desde el primer momento se ha pensado en que la proximidad física supone la oportunidad de fomentar la convivencia y generar vínculos intergeneracionales. Podríamos promover actividades para intercambiar conocimientos. Pero se ha optado por el contacto informal ese que se provoca cuando se comparte un espacio.
Y es que el contacto cotidiano elimina prejuicios. Y este edificio mixto posibilita que en medio de cursos, encuentros o tertulias se crucen jóvenes y mayores. De ese modo, el esfuerzo económico dedicado a rehabilitar el edificio revitaliza muros y techos, pero también ofrece una estructura física para que generaciones diversas se escuchen y valoren mutuamente.
